El mantra de Gerry Adams en los últimos tiempos ha sido: “el IRA ha abandonado la escena”.

No es así, Gerry. Prácticamente todos los miembros y líderes importantes del IRA han sido absorbidos por el Sinn Féin y allí permanecen, bajo el nuevo disfraz de la política democrática sin el menor remordimiento, arrepentimiento, verdad o integridad.
Mira a tu alrededor, Gerry, mira a todos los criminales del IRA qué conoces, a todos los asesinos que conocemos tú y yo y que han ocupado altos cargos en el Sinn Féin. Todos ellos han sido condenados por asesinatos, tiroteos, atentados con explosivos, fugas y no han llegado lejos, lo sabes.

En España, aunque se dice que ETA también “abandonó la escena”, sus líderes se enfrentan cargos de “crímenes de lesa humanidad” por atentados con bombas y asesinatos.
Unos crímenes, que en cantidad, sólo suponen una pequeña parte del total de los “crímenes de lesa humanidad” que perpetró el IRA.
Eso sí, la afirmación de que ETA “ha abandonado la escena” se considera totalmente irrelevante en España, nadie se lo cree, a diferencia de lo que ocurre en Irlanda con el IRA.
MaryLou McDonald y Michelle O’Neill: si no entendéis el legado de falacias que os comprometéis a liderar en este nuevo movimiento híbrido, llamado SF-IRA, (Sinn Féin-IRA) aquí os explico algunas de las más llamativas:
En 1971, el IRA mintió sobre la muerte innecesaria de un voluntario del IRA, James O’Hagan, (16 años) en un tiroteo en Waterside. La verdad de lo que le sucedió, nunca se contó a la gente de Derry. Queda claro que se ocultó la verdad de la naturaleza irresponsable de la organización que se llevó su vida.
Se rumoreaba que Jim no aceptó una “orden directa” de un compañero, voluntario del IRA, que le puso una pistola en el pecho y apretó el gatillo. La bala le atravesó.
Sus compañeros y asesinos, lo intimidaron y dejaron morir después de informar a algunos adultos cercanos.

Jim O’Hagan murió poco después. El día antes, me llamó y charlamos durante un rato fuera de mi casa en Clarendon Street.
Para encubrir escándalos como éste, el IRA utilizó frases como “muerto en acción” y “muerto por Irlanda”. Pura hipocresía.

El IRA negó la participación, tanto de Martin McGuinness, como de otros voluntarios durante “Bloody Sunday” acaecidos en Derry, el 30 de enero de 1972. Mentira.
Tanto McGuinness, como un conocido intendente de Calle de Stanley’s Walk, fueron vistos por muchos irrumpiendo en la parte trasera de “Duffy’s Bookies” [corredor de apuestas] para atacar a los soldados británicos en William Street.

McGuinness tenía una ametralladora Thompson (utilizada el jueves por la noche para matar a dos agentes de la policía en la colina cercana de Creggan) mientras su compañero tenía explosivos en su poder. El ataque fue abortado.
Los voluntarios del IRA que conocían esta acción fueron silenciados.
McGuinness juró en The Bloody Sunday Inquiry que había dejado el IRA en 1974. La realidad era otra. Tanto en el IRA como en el Sinn Féin, saben muy bien que nunca lo abandonó.

Irónicamente, la tumba de McGuinness tuvo la última palabra sobre este asunto, cuando grabó para la posteridad en irlandés que él era : “Voluntario del Ejército Republicano Irlandés”.
En realidad, siempre lo fue y nunca dio ofreció a los familiares de sus víctimas el porqué de estos crímenes, los motivos y la verdad de todo.

El IRA entró en una espiral de negación de los crímenes cometidos. Nunca asumió el bombardeo del restaurante Abercorn en marzo de 1972, en el que dos jóvenes fueron asesinadas y 130 personas resultaron mutiladas o heridas.
Tampoco se hicieron cargo del atentado de Anderson Street en el Short Strand en mayo de 1972, apenas dos meses después del anterior, dónde murieron cuatro voluntarios del IRA y cuatro civiles.
Pero no todo queda aquí. La banda terrorista, tampoco se hizo cargo de los bombardeos de Claudy en julio de ese mismo año en el que perdieron la vida, nueve civiles, entre los que se encontraban varios niños.

Falacia tras falacia, el IRA negó haber secuestrado y asesinado a Jean McConville (una madre de diez hijos) y, al menos a otras ocho víctimas, entre diciembre de 1972 y 1981.

Durante estos años, la banda terrorista torturaba a sus víctimas para sacarlas confesiones y, después, asesinarlas. Aún sabiendo que estas prácticas eran contrarias a los Convenios de Ginebra, al Consejo del Ejército del IRA no le importó.

En otra macabra muestra de engaño, cara a la opinión pública, el IRA negó su responsabilidad en el asesinato de Gordon Gallagher, un niño de apenas 9 años.
Una trampa explosiva le segó la vida en febrero de 1973 en la localidad de Creggan, Derry.

Durante un tiempo, la Brigada Derry intentó culpar al Ejército británico de perpetrar este crimen. Hasta que al final fue obligada a admitir la verdad.
El IRA mintió, negando la muerte por ahorcamiento de Paddy Joe Crawford en la “Jaula nº5” de prisión de Long Kesh, en junio de 1973. Se dijo que Crawford, un huérfano, “se vino abajo” durante el interrogatorio policial y había dado información.
Si el IRA hubiera decidido ahorcar a todos sus prisioneros que se “rompieron” durante el interrogatorio, al menos la mitad de la población de Long Kesh habría sido ejecutada.
Pero la lista de negaciones y mentiras continúa. El grupo criminal negó su implicación en la muerte de la niña de 14 años, Kathleen Feeney, perpetrada en Derry en noviembre de 1973. Otra mentira más.
La “Brigada Derry”, de la que Martin McGuinness era responsable, no sólo mintió acerca de la autoría del asesinato, sino que alegó que disparó y mató al soldado británico que, supuestamente, había matado a la joven Kathleen. Todo mentira.

El IRA mintió sobre el secuestro del industrial alemán Thomas Niedermayer, en el oeste de Belfast, en diciembre de 1973.
Niedermayer era el Director Ejecutivo de Grundig y también el Cónsul Honorario de Alemania en Irlanda del Norte.
Después de que los sucesivos intentos de rescate y otras negociaciones fracasaran, el IRA le mató (eso es correcto) y enterró su cuerpo en una tumba poco profunda en un basurero ilegal en el área de Colin Glen en Belfast. Sus restos óseos no fueron encontrados hasta 1980, siete años después.
Una serie de tragedias azotaron a la familia Niedermayer en los años sucesivos, haciendo la triste lectura de que este asesinato fue el origen de todas ellas. La esposa de Niedermayer, Ingeborg,y sus dos hijas, Gabrielle y Renate, se suicidaron años después, al igual que el marido de Gabrielle.
El crimen contra los derechos humanos de Niedermayer fue planeado por Brian Keenan, el intendente de los Cuarteles Generales del IRA y amigo del dictador libio Gadaffi. Keenan fue nombrado, más tarde, Jefe del Estado Mayor del IRA y es idolatrado tanto por la banda terrorista, como por su brazo político: el Sinn Féin.

Mary Lou McDonald departió con Keenan en Fairview Park (Dublín) en el homenaje al Jefe de Estado Mayor del IRA durante la Segunda Guerra Mundial: Sean Russell, un colaborador nazi que organizó una campaña de bombardeos en Inglaterra en 1939 en nombre de los servicios de Inteligencia liderados por Hitler.

El IRA negó haber asesinado al presunto informador Kenneth Lennon, en Surrey (abril de 1974). Otra mentira más.
Se difundieron falsos rumores de que Lennon murió a manos de la policía de la Sección Especial y estos bulos se convirtieron en libros e informes durante años.
El IRA también negó su responsabilidad en los atentados de Birmingham en noviembre de 1974. Mentira.
El resultado, 21 civiles muertos y 182 mutilados y heridos.

El IRA afirmó que, tras una corte marcial, ejecutaría a los responsables de la masacre deBirmingham que fueron identificados. Otra mentira más.

Mick Murray, uno de los asesinos que fue capturado y encarcelado por conspiración para causar esta masacre, fue tratado como un héroe después de su liberación y regreso a Dublín.
Trabajó como conductor de furgonetas para el periódico pro IRA, An Phoblacht , y su figura fue elogiada en el mismo periódico tras su muerte.

Otro de los atacantes, Mick Hayes, también conocido como ‘Jungle Jim’, no fue capturado y continuo fabricando y poniendo bombas para el IRA durante años. Los reclamos de los Tribunales de Guerra y los castigos eran sólo mentiras.
El IRA no hizo absolutamente nada para ayudar a los inocentes y erróneamente condenados ‘Birmingham Six’.
En julio de 1975, el IRA mintió sobre la tortura, asesinato y desaparición de Eamon Molloy, un joven de 22 años que, supuestamente, había sido informador en su brigada de Belfast.
Los restos de Molloy se desenterraron en secreto y fueron devueltos a un ataúd 24 años después por el IRA. Tardaron casi un cuarto de siglo en admitir la desaparición y posterior asesinato de esta víctima.

En noviembre de 1975, el IRA mintió sobre la tortura, asesinato y desaparición de Columba McVeigh, de 17 años. Una joven originaria de Donaghmore, en el condado de Tyrone, a la que secuestrada en su apartamento de Dublín.
Columba fue uno de los adolescentes más jóvenes que hayan sido considerados como informadores por los paranoicos Provos. Su cadáver aún no ha sido encontrado.

El IRA negó la masacre de Kingsmill, que se cobró la vida de 10 civiles protestantes en enero de 1976. Una mentira más.

Kingsmill fue una masacre sectaria de protestantes inocentes y formó parte de una campaña de asesinatos del IRA contra protestantes inocentes. El motivo era, supuestamente, para contrarrestar los ataques de UDA / UVF contra los católicos.
El IRA afirmó, falazmente, que nunca se rebajaría a los asesinatos sectarios e ignoró el hecho de que los familiares de católicos inocentes asesinados por paramilitares leales no apoyaban tales asesinatos como represalia en su nombre.

Martin McGuinness negó saber quién asesinó a Jeffrey Agate, un conocido empresario protestante de Derry, que ejercía las labores de Director general de Du Pont, en febrero de 1977; ¡¡ mentira !!
Su liderazgo dentro del IRA desde principios de los años 70 le señala, no sólo cómo conocedor de los autores de esta muerte, sino cómo una de las personas que dio vía libre a ejecutar el impactante asesinato.

Martin McGuinness, volvió a negar conocer quién asesinó a Joanne Mathers, una madre de 29 años, en abril de 1981; esto era una mentira.
Una vez más, McGuinness sabía muy bien quién apretó el gatillo y fue uno de los líderes del IRA que dio permiso para cometer esta barbarie.
El asesino le disparó a la mujer desarmada en el cuello y tuvo la sangre fría de robar los formularios del censo, con los que trabajaba Joanne, antes de huir.
Prácticamente todos los miembros de la Brigada Derry del IRA saben quién asesinó a Joanne y todos se quedan con la “omertá”, es decir, con la código del silencio propio de la mafia siciliana. “Mantengan la integridad, muchachos, es todo para Irlanda”, pensarían los criminales.
El IRA, también negó haber disparado al jefe de prisión irlandesa, Brian Stack, en Dublín en marzo de 1983, otra mentira que añadir a la extensa lista.

Gerry Adams pudo crear, mágicamente, una reunión entre la familia de Brian Stack y un líder de la IRA en 2013, durante la cual el líder de la banda no solo admitió tardíamente el asesinato de Brian Stack, sino que afirmó que uno de los tiradores era “disciplinado”; esto también era una mentira.

Martin McGuinness negó haber quedado con el presunto informador Frank Hegarty en su casa, en Derry, durante el mes de mayo de 1986. Además, prometieron a Rose, la madre de Hegarty, que no le harían daño; una mentira tras otra.
McGuinness estuvo tan involucrado en el asesinato de Hegarty que hizo que un periodista de The Guardian, Peter Murtagh, fuera retirado de la casa de Hegarty y le dijera que “la entrevista terminó” en un acto de intimidación a la prensa.

McGuinness continuó mintiendo sobre el asesinato de Hegarty hasta su propia muerte.
También mintió al negar conocer a los asesinos del instructor civil de prisiones, Leslie Jarvis (asesinado a tiros después de una clase de psicología en Magee College) y de dos policías muertos poco después por una bomba explosiva en un maletín similar al del Sr. Jarvis.

No sólo conocía al equipo que llevó a cabo el triple asesinato, sino que fue uno de los líderes del IRA que autorizó el ataque.

El IRA negó haber detonado la bomba del Día de la Memoria de Enniskillen en noviembre de 1987 – esto era mentira.
Se difundió una historia falsa de que la bomba fue activada por algún dispositivo de radio de seguridad desconocido del Ejército británico antes de que se admitiera la verdad.
El resultado fueron 12 personas asesinadas y 63 mutiladas.
Los bombardeos de Tullyally en Derry en diciembre de 1987, no fueron admitidos por la banda terrorista. Mentira.
Dos de los tres artefactos explotaron en una urbanización de mayoría protestante, matando a un jubilado católico.
La Brigada Derry del IRA, las colocó cerca de las casas de personas sospechosas de ser miembros de las fuerzas de seguridad y cuando el “trabajo” salió mal, Martin McGuinness negó ser responsable y culpó cínicamente a los atacantes del ejército británico o de los paramilitares leales… Fue una mentira realmente grande…

El IRA negó el asesinato de la detective Garda Jerry McCabe en el condado de Limerick (en la republica de irlanda) en junio de 1996 durante el robo fallido de una camioneta de “efectivo en tránsito”: esto era una mentira.
Más tarde, Gerry Adams desarrolló una explicación intrincada y distante del robo: el Consejo del Ejército del IRA no lo había autorizado, pero un comandante de nivel inferior sí lo hizo.
Este extremo no se le explicó a los criminales que acribillaron el auto de Garda con un arma de fuego automática en contra de las supuestas Órdenes del Ejército IRA, matando a McCabe e hiriendo a su colega, Ben O’Sullivan, que sobrevivió a pesar de recibir 11 disparos.
En agosto de 2001, tres años después de la firma del Acuerdo de Viernes Santo, el IRA negó haber mandado a dos de sus expertos en ingeniería y explosivos de los Cuarteles Generales, James “Mortar” Monaghan y Martin McCauley, y al representante cubano del Sinn Fein, Nial Connolly, a América Latina, concretamente a Colombia para involucrarse en el entrenamiento de los narcoterroristas de las FARC.
Los tres viajaron con pasaportes falsos y pasaron cinco semanas en una zona controlada por las FARC antes de su arresto. El experto en explosivos de la Embajada de los Estados Unidos, Anthony Hall, demostró que los tres tenían en su poder explosivos y confirmó los rastros de cinco tipo de explosivos diferentes, incluyendo nitro, tetril, HMX (explosivo de alto punto de fusión), TNT y nitrato de amonio.
Testigos colombianos afirmaron que los tres habían sido vistos regularmente en el territorio de las FARC desde 1998.

El Sinn Féin negó que Connolly fuera su representante en Cuba, mentira. Más tarde tuvo que admitir que Connolly era miembro del partido.
Alex Maskey filtró a la prensa de que tanto Monaghan como McCauley habían dejado el Sinn Féin. Gracias, Alex, pero la supuesta membresía de ‘Mortar’ Monaghan en el Consejo del Ejército del IRA y la supuesta pertenencia de McCauley al Departamento de Ingeniería de IQ GHQ, hacen que tu valoración sea discutible.
Los tres fueron finalmente condenados y sentenciados a 17 años de prisión, pero ya habían huido del país y regresaron a Irlanda, impenetrables a una orden de arresto pendiente de Colombia.

En 2002, Gerry Adams se negó a presentar pruebas en una audiencia del Congreso de los Estados Unidos sobre los vínculos entre el IRA y las FARC .
Mientras tanto, su amigo Peter King, Congresista del Partido Republicano de derecha, declaró que la insinuación de que el IRA estaba involucrado en el narcoterrorismo era “perjudicial para El proceso de paz”.
El SFIRA fue “pillado” relacionándose con la derecha en América y con la izquierda en Cuba y Colombia.
Hay demasiadas mentiras del SFIRA para encajar en este artículo.
Por si fuera poco, el IRA negó el robo del Northern Bank en diciembre de 2004. Una mentira tras otra.
¿Quién se ha beneficiado del fondo de pensiones libre de impuestos de £26,5 millones?.
Vamos, Gerry, usa tu habilidad mágica para adivinarlo por nosotros…

El IRA volvió a la senda de la falacia y negó el asesinato de Robert McCartney en Belfast en enero de 2005.

Este crimen se convirtió en una grave vergüenza para los Estados Unidos durante el tiempo que duró “proceso de paz” hasta que se resolvió.

El IRA negó el asesinato de Paul Quinn en octubre de 2007. Pero la realidad era otra distinta a la propagada por el grupo criminal.

Quinn no solo fue asesinado, sino que fue golpeado hasta la muerte.
Tal es así que apenas había un hueso intacto en su cuerpo.
Esta fue una “lección” dirigida a cualquiera que, en el sur de Armagh, osara con oponerse al IRA durante el “proceso de paz”.
El personal del Consejo de Ejército del IRA, Martin McGuinness y otros, comenzaron a negar la membresía y el liderazgo del IRA y el conocimiento de las innumerables atrocidades de los derechos humanos del IRA.
Estas fueron y siguen siendo mentiras descaradas.

El Pat Finucane Center ha evitado indagar sobre cualquiera de las miles de violaciones de los derechos civiles y humanos perpetrados por el IRA, mientras que el Sinn Féin habla de una “sociedad basada en los derechos” para todos.
Por todo ello, Mary Lou y Michelle, podríais comenzar vuestro “reinado” lidiando con el legado de mentiras del IRA que he enumerado en este artículo, reconociéndolos y, de paso, pidiendo perdón por ellos también.
Dejad de enaltecer los asesinatos y de apoyar a los criminales que los cometieron.

La versión en inglés de este artículo es visible aquí.
Morning Shane, Please send me your Interesting Thoughts in English Please, my Spanish is rudimentary. I enjoy your Thoughts, Kind Regards, William.
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